miércoles, 23 de enero de 2013

EL ACEITE ROSA MOSQUETA, PERFECTO PARA NUESTRA PIEL...

Es un regenerador natural, antioxidante, hidratante, nutritivo, reafirmante, reparador y repigmentante, entre otras propiedades. Se utiliza  para cicatrizar heridas, borrar estrías, atenuar arrugas, eliminar manchas cutáneas, recomponer la tersura de la piel en caso de quemaduras.
Aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas de color rojo intenso, del rosal silvestre, arbusto que crece en los valles fríos,  lluviosos y exuberantes montañas de los Andes del sur, en Chile.
Este rosal silvestre es conocido por el pueblo de Chile como "Rosa Mosqueta" y por los científicos como Rosa rubiginosa affinis. Tiene propiedades curativas y cosméticas que fueron  un secreto bien guardado de los pueblos originarios de Chile durante siglos. Ahora han sido validadas por la investigación científica en todo el mundo. De sus semillas se obtiene un aceite amarillento que es considerado como uno de los regeneradores y rejuvenecedores dérmicos más poderosos que existen y que además, no produce efecto secundario indeseable alguno, se ha comprobado que este aceite ayuda a prevenir el cáncer cutáneo provocado por la sobreexposición al sol, que contribuye a una más rápida reparación de pieles quemadas o expuestas a radiación, atenúa o incluso borra cicatrices hipertróficas, previene y combate las antiestéticas estrías y regenera más rápidamente los tejidos tras una cirugía además de retardar la aparición de los signos de envejecimiento cutáneos, entre otras propiedades.
ORIGEN Y DESCRIPCIÓN
La Rosa Mosqueta es originaria de Europa Central, donde se cultiva sobre todo en Polonia, los Balcanes, Hungría, Rusia y el Cáucaso, pero también se encuentra en África y en India. Llegó a América del Sur, principalmente a Chile durante la conquista. Los nativos Araucanos ya utilizaban esta planta para múltiples usos sanos y saludables para la piel. En la Actualidad es una de las plantas nacionales de Chile, aunque su cultivo se extiende por su entorno andino ya que puede plantarse desde el nivel del mar hasta los 2.000 m de altura. La rosa mosqueta es un arbusto que puede sobrepasar los 2 m de altura; sus tallos son delgados, flexibles y curvos, cubiertos de espinas de color violáceo. Las hojas son caducas, alternas, compuestas de 5 a 9 foliolos, de bordes serrados y lustrosas. Las flores muestran cinco pétalos libres, de color rosado o blanco-rosado y olor almizclado, en panojas espesas y terminales; los estambres son de un vivo color amarillo. La floración se produce una sola vez por temporada. Su fruto es un cinorrodón de forma ovoide y color rojo o naranja, con restos de sépalos espinosos en su extremo, de 1 a 3 cm de largo.
BENEFICIOS DEL ACEITE DE ROSA MOSQUETA
  • Regenera los tejidos: Este aceite, rico como hemos mencionado en ácidos grasos, acelera el ritmo de regeneración y reparación. De hecho es el regenerador de la piel más potente que se conoce. De ahí que cada vez más cirujanos lo empleen para tratar la piel tras una cirugía o en casos de quemaduras, cicatrices, estrías, úlceras por decúbito, arrugas y cualquier condición en que la piel necesite regenerarse. Por ejemplo, se ha comprobado que ayuda a reparar las pieles dañadas por quemaduras de primer y segundo grado, las provocadas por el sol e, incluso, las quemaduras por radiación. Pero también es muy útil para recuperar la piel después del sol, de la depilación, de un peeling, del afeitado, etc.
  • Estimula la producción de colágeno y elastina: Pero sus efectos no se quedan sólo en la epidermis sino que trascienden a capas más profundas de la piel donde revigoriza los fibroblastos, células dérmicas que producen colágeno y elastina responsables de la firmeza y elasticidad de la piel y del tejido conjuntivo, y muy implicadas -como veremos- en la aparición de estrías.
  • Atenúa las cicatrices de cualquier etiología: Aunque sean antiguas, hipertróficas, queloides, producidas por acné o varicela, resultantes de un trasplante de piel, de una operación quirúrgica o de un accidente. Todas mejoran notablemente su aspecto y la piel se alisa además de recuperar su suavidad y tersura. Así al menos quedó demostrado ya a raíz de aquel primer estudio realizado en la universidad chilena.
  • Hidrata en profundidad: El aceite de rosa mosqueta refuerza la barrera de ceramidas en el interior de las células epidérmicas reduciendo así la pérdida de agua de la piel. Además, por su alto nivel de penetración también incide en cambios dérmicos que favorecen la hidratación profunda de la piel, especialmente de las zonas más proclives a la aparición de arrugas o asperezas (manos, talones, codos, etc.)
  • Combate el envejecimiento: Al nutrir e hidratar las células el aceite de rosa mosqueta -usado a diario- ayuda a eliminar las arrugas no profundas, a retardar la aparición de otras y a atenuar las líneas de expresión. Asimismo previene los signos de fotoenvejecimiento mediante la autogeneración de melanina. La piel recupera su frescura y lozanía y de ella se borran las antiestéticas bolsas y ojeras que envejecen el aspecto de las personas que las sufren.
  • Redistribuye la pigmentación de la piel: Por su capacidad de generar melanina el aceite de rosa mosqueta ayuda a corregir los problemas cutáneos debidos a una sobreexposición al sol, entre ellos las manchas solares. Además uniformiza el tono de la piel de todo el cuerpo y elimina hiperpigmentaciones como melasmas, cloasmas y léntigos.
  • Previene el cáncer cutáneo: Y lo hace a través de varios mecanismos. Por ejemplo, activando la autogeneración de melanina o minimizando los efectos negativos de la radiación ultravioleta gracias a su reconocida capacidad antioxidante y neutralizadora de radicales libres.
  • Mejora la circulación sanguínea: El aceite de rosa mosqueta acelera y regula el ritmo de microvascularización, es decir, mejora el flujo sanguíneo y la reposición de sustancias nutricionales de las zonas en las que se aplica.
  • Tiene propiedades antiinflamatorias: Se ha comprobado que reduce la inflamación y congestión de los tejidos.
  • Es energetizante: Proporciona a las células energía metabólica para que puedan llevar a cabo sus importantes funciones.
  • Restaura y protege el cabello: Actúa como reparador natural del cuero cabelludo y del cabello, especialmente cuanto éste está seco, teñido o dañado por el sol, el cloro, el frío, etc. Basta con aplicarlo en las raíces y dejarlo actuar durante un par de horas antes de lavar el pelo con normalidad. Los resultados son inmediatos.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS DEL ACEITE DE ROSA MOSQUETA
Aunque ya los indios patagónicos utilizaban rosa mosqueta para mantener la juventud de la piel, cicatrizar heridas y tratar diversas dolencias las propiedades terapéuticas de su aceite fueron oficialmente “descubiertas” hace sólo treinta años gracias a un estudio realizado por la Facultad de Química y Farmacología de la Universidad de Concepción en Chile cuyos resultados fueron asombrosos. Se observó que la aplicación continuada del aceite de esta planta ayudaba de manera efectiva a atenuar cicatrices y arrugas y a rejuvenecer la piel en casi 200 pacientes que presentaban cicatrices debidas a cirugías, quemaduras y otras afecciones que provocaban un envejecimiento prematuro. Y todo ello sin provocarles reacciones o efectos secundarios adversos.
Obviamente a este interesante trabajo le han seguido muchos otros a lo largo de estas tres décadas que han logrado contrastar las pretendidas propiedades de esta planta. Por no hacer la lista demasiado extensa mencionaremos sólo algunas de las instituciones en las que se han llevado a cabo investigaciones sobre el aceite de rosa mosqueta: el Departamento de Dermatología de la Universidad de Munich (Alemania), la Universidad de Kingston (Reino Unido), la Clínica Mayo (Estados Unidos), el hospital de la Universidad de Ginebra (Suiza), la Universidad Central de Michigan (Estados Unidos), la Universidad de Gales (Reino Unido), la Universidad de Milán (Italia), el hospital de la Universidad de Helsinki (Finlandia) y el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, entre muchas otras en todo el mundo.
Pues bien, la conclusión a la que han llegado los investigadores es que las bondades terapéuticas de este aceite residen en su más que interesante composición nutricional, muy rica –como hemos mencionado- en ácidos grasos y vitaminas. Así, por ejemplo, presenta un alto contenido en ácido linoleico (en torno a un 45% de su composición) y en ácido linolénico (alrededor de un 30%), ácidos grasos esenciales poliinsaturados que confieren permeabilidad y flexibilidad a las membranas de las células y que están directamente relacionados con la síntesis de colágeno y elastina, sustancias que otorgan firmeza y elasticidad a la piel. Además estos ácidos poliinsaturados regulan los mecanismos de defensa y crecimiento celulares así como los procesos biológicos que intervienen en la regeneración de los diversos tejidos. Pero, además, el aceite de rosa mosqueta contiene ácido oleico y cantidades menores de ácidos palmítico, esteárico y araquidónico que también contribuyen a su reconocida capacidad regeneradora. Otro compuesto importante -responsable en gran medida de las propiedades fisiobiológicas de este aceite sobre la piel y los tejidos- es el ácido transretinoico o tretinoína que se encuentra en él en concentraciones pequeñas (de entre el 0,01 y el 0,5%) pero suficientes para conferirle a la rosa mosqueta la capacidad de reducir la tumorigenicidad de las células y acelerar la epidermopoyesis y la regeneración de los tejidos, de reducir el tamaño y mejorar el aspecto de cicatrices -incluso antiguas-, de atenuar las estrías o eliminar las arrugas así como de prevenir la aparición de signos de envejecimiento prematuro de la piel. Además tiene una marcada acción antiinflamatoria tal y como descubrieron los científicos Pommer y Samecki a quienes se atribuye el hallazgo de esta forma de la vitamina A.

MÉTODO DE EXTRACCIÓN DE ACEITE DE ROSA MOSQUETA
El proceso de elaboración del aceite comienza con la recolección del fruto o bulbo. Al ser una planta que crece de forma totalmente silvestre su recogida se desarrolla de la siguiente manera:
  • Las empresas que elaboran el aceite son las que compran las pequeñas recolecciones llevadas a cabo por los habitantes de la zona. Los productores de aceite se trasladan pueblo por pueblo comprando las pequeñas partidas que en su conjunto son llevadas a secaderos donde son sometidas a un proceso de deshidratación mediante su exposición al sol.
  • A continuación, una vez deshidratado el bulbo, es sometido a un proceso que mediante rodillos se separa la parte pulposa de la semilla. La importancia de este proceso radica en que a pesar de que el bulbo, como habíamos mencionado anteriormente, es rico en vitamina C (un poderoso antioxidante bastante abundante en cualquier dieta), lo realmente importante es el contenido de la semilla debido a la gran cantidad de ácidos grasos esenciales que posee.
  • Se obtiene el aceite mediante la presión del fruto en frío, el proceso de elaboración del aceite, una vez que tenemos las semillas, éstas se someten a la aplicación de vapor de agua a gran presión por medio del cual liberan el aceite mezclado con agua. Una vez que se produce naturalmente la separación física entre el agua y el aceite, éste se somete a la winterización, la desodorización por temperatura y alto vacío, la neutralización y el degomado con el fin de estabilizar el aceite para que no se produzcan en él cambios químicos. Todo este proceso finaliza con el aditivo de una proporción del 0,5% de un antioxidante que es el Alfa-tocoferol (vitamina E). No hay que olvidar esta última fase fundamental del proceso para evitar la posible oxidación y consiguiente descomposición del aceite.
¿CÓMO FUNCIONA EL ACEITE DE ROSA MOSQUETA?
Aceite de Rosa Mosqueta es rico en la piel de amantes de nutrientes para mejorar la piel.
  • Omega 3 y Omega 6 ácidos grasos esenciales: Compuestos lípidos vitales que hidratan la sequedad de la piel y mejoran la suavidad y elasticidad de la misma. Los ácidos grasos esenciales son vitales para la salud de nuestra piel, sin embargo, nuestro cuerpo no es capaz de producirlos.
  • Beta-caroteno: Un nutriente clave para mantener una piel sana y ayudar en la renovación celular de la piel y la reparación. Ayuda a reparar el sufrimiento la piel de los efectos del daño solar.
  • Los lípidos que se encuentran en el aceite de Rosa Mosqueta son similares a los encontrados en la piel, por lo que absorbe fácilmente, sin dejar residuo oleoso.
¿CÓMO UTILIZAR EL ACEITE DE ROSA MOSQUETA EN LA PIEL?
Aplicar en las mañanas en el rostro limpio antes del maquillaje y en la noche luego de realizar la limpieza de cutis, si desea puede aplicarlo de 3 a 4 veces al día, todos los días.
Masajee el aceite en la zona afectada con los dedos hasta que se absorba por completo. Si usted lo usa durante el día se debe colocar un bloqueante solar en la parte superior.
¿CÓMO UTILIZAR EL ACEITE DE ROSA MOSQUETA EN EL CABELLO?
Aplicar en las raíces y luego en todo el cuero cabelludo, con ayuda de un algodón y dando pequeños golpeteos para que penetre mejor. Luego, damos unos suaves masajes con las yemas de los dedos y envolvemos la cabeza con una toalla o gorra plástica. Dejamos que actúe durante unas 2 horas y pasado este tiempo, lavamos de manera habitual.

PRECAUCIONES
Mantener el envase bien cerrado. Conservar en lugar fresco y seco. Proteger de la luz. Suspéndase su uso al observar alguna reacción. No se recomienda el uso de la crema en personas que tengan un tipo de piel rosácea o cutis con acné en pleno proceso infeccioso.
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